viernes, 2 de mayo de 2008

DE LOS SIETE A LOS NUEVE MESES....

En esta etapa se producen grandes avances en la motricidad del bebé.
A los siete meses ya podrá sentarse derecho por momentos y sin caerse, y cuando lo logra lo hace inclinándose hacia adelante y apoyándose en las manos, más adelante lo podrá realizar solo, primero se apoyará en los brazos hacia delante y luego lo hará sin apoyo, con la manos libres sin peligro de caerse a los costados, manteniendo el equilibrio.
Si está boca abajo buscará arrastrarse, y este será el comienzo del gateo que empezará a realizar entre el octavo y el noveno mes, este proceso es muy importante, pues nos demostrará un gran avance tanto neurológico como de coordinación del bebé, que le permitirá tener mayor: autonomía y libertad para moverse hacia donde él desea.
Si se lo toma por los bracitos podrá parase y dar pasitos en el mismo lugar, buscando mirarse los pies, y si está boca arriba le encantará meterse los pies en la boca. Ya entre el octavo y el noveno mes tratará de pararse sólo buscando aferrarse de algún mueble.
Tiene mayor habilidad con las manos y esto le permitirá: tomar un juguete en cada mano y golpear uno objeto contra otro haciendo mucho ruido, porque parece que cuanto más ruido hace más se divierte. En el noveno mes podrá jugar con objetos de menor tamaño flexionando al mismo tiempo los dedos índice, medio y pulgar, ayudado por su muy buena vista.
Su dentición continúa en aumento y es por eso que entre los siete y los diez meses aparecen: en el maxilar inferior los incisivos laterales, y en el maxilar superior los incisivos centrales.
Durante este período el bebé va logrando un gran avance en el área intelectual, sobre todo en los aspectos de memoria y atención, los cuales van desarrollándose cada vez más. Por ejemplo: reacciona y gira su cabeza cuando alguien lo llama por su nombre, o cuando se le presentan dibujos o imágenes, gustándole mirarlas por un período más prolongado que en la etapa anterior. Comenzará a descubrir la existencia de un objeto aunque no lo vea, y buscará juguetes que le han sido quitados o alejados de su vista, necesitando explorar todo lo que lo rodea.
A fines del séptimo mes comienza a alimentarse con sus manos, buscando probar todo lo que toca.
En este período empieza a tomar conciencia de su independencia y a manifestar sus deseos, enojos y rechazos. Se angustia y llora cuando se ausenta la mamá o la persona que lo cuida.
Le gusta imitar los sonidos que oye y también le encanta hacer sonidos como
"ba", "ma", "mu" o "di", haciéndolo de manera continua, más adelante hará sonidos dobles como:"da-da", "ma-ma" y "ba-ba".
Emula con mayor frecuencia tanto los gestos como los movimientos que realizan los adultos, como por ejemplo: aplaudir, y hacer gestos de adiós.

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